No aburrir

imagesPrimera si no una de las más importantes leyes del drama: no aburrirás. Y cómo conseguirlo? Lo primero de todo es pensar en el otro más que en tí mismo. Difícil tarea si te sientes autor de todas las mareas creativas y siempre escribes lo que te parece, porque tu lo vales.

¿Se puede hacer arte pensando en los otros? Se puede. Véanse los cientos de películas que ilustran los anales del cine. ¿Se puede crear pensando en el otro sin perder la mirada propia? Se puede y se debe no perder esa mirada propia tan olvidada.

Pero íbamos a hablar del no aburrir y no de la identidad del autor, tema que dejamos para otro momento.

Como decíamos, primera regla pensar en el otro. Segunda, y el orden de factores no afecta el producto,asegurarnos de que la manera en cómo contamos la historia que nos traemos entre manos es la más adecuada para hacerlo. Esto tiene que ver con la estructura del drama.

Hace poco vi una película española titulada El Rayo (http://www.elrayolapelicula.com/la-pelicula/) que empezaba detonada. Seguro que hay cientos ya, pero esta es la que mejor recuerdo ahora. Y me hizo pensar en qué necesidad u obligación tenemos de salvaguardar tanto el arranque y la presentación. Yo hace años que no presento ni a mi madre en las historias, dejo que los personajes se vayan presentando ellos solitos en su propio desarrollo de situaciones y decisiones que toman. El tema de la estructura es una pasión que se me ha instalado caprichosamente durante este año académico. Defiendo y consiento la estructura en tres actos pero también quiero defender las otras posibilidades de estructuras. Las que habitan nuestras historias en cada uno de sus tramos. ¿Por qué no nos atrevemos a escribir historias que en sí mismas contengan otras microhistorias y que cada una tenga una estructura que la haga engarzarse y funcionar con las demás?

¿Por qué este encono  mío con la estructura cuando estábamos hablando del no aburrir? Pues porque la estructura marca el ritmo y necesariamente este está directamente relacionado con la antena del aburrimiento o divertivento del espectador.

Los tiempos cambian, la manera de contar nuestras historia también tiene que hacerlo.

Alicia Luna

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