Me congratula descubrir que algunos de los temas que nos empeñamos en analizar en la Escuela de Guion de Madrid, como es la unidad temática, puede otorgar a películas como La mejor oferta, de Giuseppe Tornatore, una belleza que viaja más allá de la película, al sistema emocional de los espectadores grabándonos para siempre una suerte de envoltura inteligente y hermosa que hace que la película no se te olvide nunca más. Que llegue a cada uno de nuestros sentidos convertida en una lección de arte, de inteligencia, de blindaje temático.
Nuestro empeño de transmitir que una película no es solo lo que ocurre en ella si no de lo que habla. Que una película necesita de una construcción sustentada sobre un tema que como el Guadiana salga a flote por momentos y circule escondido en otros. Que una película para llegar a ser algo más que una historieta, necesita que el talento de quien la escribió pueda descubrirse tras eso que llamamos “unidad temática”. El engranaje perfecto.
Ocurre en las mejores obras. En El Laberinto del Fauno, de Guillermo del Toro, se muestra a un capitán déspota en mitad de un molino habilitado como vivienda, ante la rueda inmensa y dentada de la molienda, poniendo a punto su reloj de cuerda, limpiando las diminutas ruedas dentadas del engranaje del reloj. Pero la inmensa rueda de la molienda está parada, en desuso. La diminuta rueda del reloj del capitán llegará a pararse para siempre: los fascismos son carreras de corto recorrido.
Ocurre en La Mejor Oferta de Giuseppe Tornatore. Los engranajes van encontrando su lugar poco a poco a lo largo de la historia para dotar de movimiento a otros engranajes que pacientemente se van poniendo en marcha. Todas las subtramas son empujadas por el gran tema de la película. Ese engranaje perfecto. El que va creando el movimiento de las ruedas dentadas. Y sería feo que aquí lo desvelara pues revelaría el secreto mejor guardado de la película.
La unidad temática es eso que se siente y a veces, solo a veces se puede ver, pero que el autor conoce a la perfección para hacer mover todos los engranajes que conforman su película. Y recuerden, como procuramos recordar en la Escuela de Guion de Madrid, una película no es solo lo que ocurre en ella, es sobre todas las cosas de lo que habla. Eso le otorgará ese cáliz tan preciado que únicamente la sabiduría del autor puede manejar para que el director consiga que todo encaje: la Unidad Temática.
