La historia se repite. Una guionista avezada en las artes de repetir hasta la saciedad a guionistas en ciernes en la Escuela de Guion de Madrid en 8 1/2, que reescribir no es corregir si no volver a escribir, debería tener grabada esta sentencia a sangre. Pero la historia no es únicamente circular para repetirse. La historia ha entrado en bucle. Como la historia de la humanidad que nos ha hecho regresar al 29 con crisis económica y bajada de la bolsa. Suerte que los suicidas todavía anden pensándoselo.
Pues bien, al reescribir lo primero que hacemos, y que caiga fulminado quien se atreva a decir que él no, es corregir. Caminar sobre las cenizas. Y aún a riesgo de que los alumnos del primer año de la Escuela de Guion de 8 1/2 se mofen de mí, he de subrayar que no solo he corregido en vez de reescribir, si no que he dado por buena la primera versión.
Vamos por partes, como dijo Jack el destripador. Terminado el primer borrador elegí víctima lectora que vino a ser mi fiel amigo comprador de cine hispano en USA durante años. Con este paso al otro lado resuelvo dos incógnitas. A saber: una, si el guion funciona, dos, si es universal o local.
Respuesta del amigo: «yo la definiría como una película que a través de una familia cuenta una realidad social». Pregunta: ¿la irías a ver? Respuesta: No es mi tipo. Pregunta: ¿La comprarías? Respuesta: Claro.
Noche de insomnio de guionista que como la historia de la humanidad acaba de entrar en bucle: ¿He escrito un guion aburrido?
Decisión post noche en vela: corrijo y santas pascuas. (Pensamiento recurrente: Y a mi, que mi guion me hace reír.) Para gustos hay colores y para risas,… carcajadas de sabores.
Y desde este humilde blog de la Escuela de Guion de Madrid en 8 1/2, reescribir no es corregir si no volver a escribir. Dicen. Digo. Quiero decir.