III. Pautas para lanzarse a escribir el primer guion

VII PERSONAJES: Ya sé qué quieren, pero ¿quiénes son?Estoy en ese momento en que debo mirar a mi historia a los ojos. Sin contemplaciones. Tonterías, las mínimas. O tus personajes tienen algo verdaderamente digno, importante, por lo que ocupar este trozo de tu vida, que posteriormente será la vida de los espectadores, o mejor dejas de lado este presunto guion en este preciso instante.

A menudo los guionistas nos contamos mentiras del tipo: esta es la historia de un personaje que quiere cambiar pero se tiene miedo a si mismo. ¡Uajjjj! ¡Que vomito, por dios! Es tan tan fácil ser un mentiroso compulsivo y creer a ciencia cierta que estos personajes son interesantes, cuando en el fondo estamos queriendo hablar de nosotros mismos poniendo otro nombre y contando anécdotas ajenas y…. nada, nada, que estos personajes solo le interesan al guionista y a su abuela. Al espectador no. ¿Y por qué estoy pensando en el espectador cuando iba a hablar de mis personajes? Pues justamente porque mi guion alcanzará el rango de película en el instante en que atrape a dos espectadores fundamentales, los primeros de todos….¿quienes son esos? Alguien que quiera dirigirlo y otro alguien que quiera producirlo.

Luego, o empezamos a creer a pies juntillas que el guion es una literatura muy concisa que cuenta una historia para ser llevada a la pantalla y que ha de gustar a personas que deben comprometer su tiempo y su dinero para convertirla en una película que les guste a otros cientos o estoy justo en el momento de ponerme a escribir algo que sea literatura pero no necesariamente cine, que este último es muy caro.

Está bien, no estoy hablando del personaje, ya me he dado cuenta, pero si no digo esto me enveneno.

Mis personajes. Esas tres mujeres que se lanzan a un viaje vacacional por la selva colombiana, cuando en el fondo no son vacaciones lo que buscan sino huir del daño que les ha producido el dolor de amor. ¡Uff qué cursi! ¿Cómo remediar la cursilería? Una es viuda, la más mayor. Acaba de perder al hombre-compañero de vida con el que construyó todo. Ha de reaprender a vivir sin él. La otra ha sido abandonada por una mujer con menos años y más pecho que ella y la más joven tiene un novio posesivo al que debe dejar, pero no tiene fuerzas para ello. Pero cómo las construyo.

TACTICAS PARA CONVERTIR A MI PERSONAJE EN LO MÁS PARECIDO A UN PERSONAJE APASIONANTE
Muchas veces, desde la Escuela de Guion de Madrid, explico que puedo estar escribiendo del personaje más aburrido del planeta, pero en mi película ha de ser el personaje aburrido más apasionante de la tierra. Cuando yo construyo un personaje pienso en quién es y cómo habla. En qué quiere y cuáles son sus tácticas para conseguirlo. En qué le gusta y cómo es cuando va al médico. Digo bien, cómo es cuando cuando se sienta ante el médico. ¿Qué tipo de paciente es mi personaje? images
Es de los que lo cuenta todo de manera verborreica o de los que no sabe cómo empezar a contar. ¿Es de los que desconoce la anatomía del cuerpo humano hasta ser capaz de decir algo como “me duele el reuma” o busca en internet todo acerca de los dolores de articulaciones? ¿Qué manías tiene? Es un personaje que se quita las gafas para escuchar mejor, o que se tapa la nariz para concentrarse cuando escucha la radio que se coloca al oído? En fin, rarezas hay para todos los gustos y colores y si nos creemos que nuestros personajes simplemente han de moverse por nuestra película a nuestras órdenes, para resolver el objetivo que les hemos prefijado, fallaremos. Cuanto más se acerquen a personas reales, más cerca estaremos de acertar. Pensemos en nosotros mismos o en nuestros vecinos, ¿qué nos ocurre cada día de manera cotidiana cuando emprendemos una labor cualquiera? Enumeremos las acciones. ¿Habíamos pensado en algunas de ellas mientras escribíamos sobre nuestros personajes?

Y, ¿cómo es mi personaje cuando se amotina?
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…/.. (continuará)

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